Están
aflorando últimamente entre nosotros los cofrades, especialmente en los hombres
de trono, unos seres extraños. Unos muñecos de nieve a los que les encanta el
verano, unas sirenitas que aun habiendo nacido aquí, en la costa, piensan que
el agua dulce de un río es lo mejor, que
"lo más", que "tocar el cielo", es lo que hay fuera; y que
es necesario vencer nuestro catetismo rancio y que hay que importar e implantar
a toda costa...
Mira
compañero, estás muy equivocado, cada uno somos lo que somos gracias a donde, por gracia de Dios, hemos nacido. Tienes suerte, eres
malagueño y te morirás siéndolo. Si te gustan otras formas emigra, emigra a
verlas y vuelve, pero antes de volver, pregunta, pregúntales qué es lo que más curiosidad les produce y más admiran por esos lares de Málaga, te sorprenderá que, con frecuencia, serán aquellas cosas que tú quieres destruir... Y es que valoran lo original, uno no se mueve de Sevilla para ver una copia de Sevilla (por buena que esta sea). Las Semanas Santas de Sevilla,
Valladolid, Zamora... están muy bien y son preciosas ALLÍ.
Detente
un momento a ver vídeos de esos que te gustan tanto en YouTube, verás cómo en
otras provincias han desaparecido sus identidades y cómo son copias modernas y
de bajo presupuesto de la capital de moda.
Eso sí,
es catetismo y complejos: destruir lo tuyo y apuntarte a nuevas modas y formas
de representar nuestra Pasión no es cool,
es pobreza. Por
cada Pérez Hidalgo que no se recupera y se cambia por una canastilla se pierde
parte de la historia de Málaga, de nuestra Semana Santa.
Trabajemos y disfrutemos de lo nuestro. No nos quedemos parados, pero no confundamos el rumbo. Así que, menos Olafs y Sirenitas en las
Cofradías.
No puedo estar más de acuerdo,... porqué lo de fuera siempre nos parece mejor que lo de aquí, porqué no luchamos más por nuestras tradiciones, por nuestra historia, por nuestra impronta, por nuestra forma de procesionar, en fin, por nuestra Semana Santa. Da pena ver como queremos convertirnos en una vulgar copia.
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